miércoles, 14 de marzo de 2012


Orina
La orina es un líquido acuoso transparente y amarillento, de olor característico (sui géneris), secretado por los riñones y eliminado al exterior por el aparato urinario. En los laboratorios clínicos se abrevia u o uri (del latín urinam).

Después de la producción de orina por los riñones, esta recorre los uréteres hasta la vejiga urinaria donde se almacena y después es expulsada al exterior del cuerpo a través de la uretra, mediante la micción.


Funciones de la orina

Las funciones de la orina influyen en la homeostasis como son:

1. Eliminación de sustancias tóxicas producidas por el metabolismo celular como la urea.

2. Eliminación de sustancias tóxicas como la ingesta de drogas.

3. El control electrolítico, regulando la excreción de sodio y potasio principalmente.

4. Regulación hídrica o de la volemia, para el control de la tensión arterial.

5. Control del equilibrio ácido-base.


Composición de la orina

En los seres humanos la orina normal suele ser un líquido transparente o amarillento. Se eliminan aproximadamente 1,4 litros de orina al día. La orina normal contiene un 96% de agua, un 4% de sólidos en solución y aproximadamente 20 g de urea por litro. Cerca de la mitad de los sólidos son urea, el principal producto de degradación del metabolismo de las proteínas. El resto incluye nitrógeno, cloruros, cetosteroides, fósforo, amonio, creatinina y ácido úrico.




Producción de la orina


Se divide en los siguientes
pasos:

1. Filtración: Tiene lugar en una de las múltiples nefronas que hay en los riñones, concretamente en los glomérulos. La sangre, al llegar a las nefronas, es sometida a gran presión extrayendo de ella agua, glucosa, aminoácidos, sodio, potasio, cloruros, urea y otras sales. Esto equivale a, aproximadamente, el 20% del volumen plasmático que llega a esa nefrona, es aproximadamente 180 litros/día, que es 4,5 veces la cantidad total de líquidos del cuerpo, por lo que no se puede permitir la pérdida de todos estos líquidos, pues en cuestión de minutos el individuo acusaría una deshidratación grave.

2. Reabsorción: Cuando este filtrado rico en sustancias necesarias para el cuerpo pasa al túbulo contorneado proximal, es sometido a una reabsorción de glucosa, aminoácidos, sodio, cloruro, potasio y otras sustancias. Esta equivale, aproximadamente, al 65% del filtrado. Aunque la mayor parte se absorbe en el túbulo contorneado proximal, este proceso continúa en el asa de Henle y en el túbulo contorneado distal para las sustancias de reabsorción más difícil. Los túbulos son impermeables al filtrado de la urea.



3. Secreción: En el túbulo contorneado distal ciertas sustancias, como la penicilina, el potasio e hidrógeno, son excretadas hacia la orina en formación. Después el cerebro manda una señal para cuando esté lista la orina.





Usos

La orina como fertilizante contiene nutrientes útiles para las plantas como grandes cantidades de nitrógeno en forma de urea y una pequeña cantidad en forma de ácido úrico. También contiene potasio además de otros nutrientes necesarios en menor cantidad como el magnesio y el calcio todos ellos de asimilación rápida.



La orina por si sola no es una solución nutriente completa, por ejemplo para usar en hidroponía pues carece de fósforo, en caso de ser usada debería complementarse, por ejemplo, con guano.

Existe un tratamiento llamado orinoterapia o uroterapia, la cual consiste en beber la orina de uno mismo para sanar enfermedades, dicha terapia tiene resultados bastantes eficientes y no carece de estudios ya que es de conocimiento global el tema de la uroterapia, y se ha realizado desde hace varios siglos, existen convenciones internacionales que difunden el tema ya que es algo no muy aceptado por la industria farmacéutica, la uroterapia ha salvado mucha gente pues se trata de una auto-vacuna elaborada por el mismo cuerpo.

La composición de la orina varía según la alimentación. La producida por animales herbívoros suele ser más alcalina, contiene más potasio y menos nitrógeno y es la más adecuada para usar como fertilizante. La de los humanos contiene más sodio, que las plantas no necesitan en grandes cantidades por lo que podría perjudicarlas. El nitrógeno se encuentra principalmente en forma de urea, que se convierte bastante rápido en amoníaco. Si la concentración es excesiva puede perjudicar a las plantas. Los microorganismos del suelo convierten parte en nitratos y nitritos.